POR LAS BARBAS DE NEPTUNO
- eugegadsden
- 1 mar 2019
- 3 Min. de lectura

10 Diciembre 2018
Hoy no hubo clases, nos dieron el dia “libre”, pero oh sorpresa cuando supimos lo que nos esperaba. Desde unas semanas antes el capitán y varios de los oficiales nos habían dicho que Neptuno vendría, cuando pedíamos mas información solo se reían o nos decían que ya lo conoceríamos. Había llegado el dia, el día donde conoceríamos al famoso Neptuno, rey de lo océanos y guardian del cruce Ecuatorial.
THE EQUATOR CROSSING
Al rededor de las 10 de la mañana nos mandaron a todos a los cuartos, nadie sabía que estaba pasando (cabe mencionar que los cuartos seguían a un alto grado de asfixie). Nos apachurraron a todos ahi en la parte de la entrada, todos estábamos sudados, pero sudados marca diablo, y mientras estábamos aterrados ahi empezamos a sudar más y más, cuerpo con cuerpo hasta que ya no importaba más con quien tocabas porque todos estaban igual de cochinos. Empezaron a poner música y todo mundo empezó a saltar y cantar como locos, el piso estaba casi mojado y salía casi humo de la puerta pero para ser verdad fue uno de los momentos mas icónicos de toda la travesía. Al cabo de un rato por todas las bocinas del barco empezamos a escuchar la voz del capitán diciendo que Neptuno había capturado nuestro barco y teníamos que salir por la puerta trasera, todos salimos por la parte de atrás del barco, la puerta de emergencia y la que lleva a los refrigeradores y salimos al deck principal por ahí.

Neptuno era una de nuestras oficiales en guardia, disfrazada con redes verdes y pintura por todo su cuerpo, tenia collares de conchas y el pelo alocado como de mar lleno de hojas. Nos sentaron a todos en la parte de atrás por donde está el ancla y todos juntos tuvimos leímos una nota para Neptuno que decía que tuviera piedad. Neptuno nos dejaría cruzar el ecuador con una condición, tendríamos que pasar por sus pruebas y entregarle un pedazo de nuestro pelo. Uno por uno pasamos al frente, nos vendaron los ojos y tenías que meter tu mano en una cubeta y comerte un “ojo” de pescado (terminaron siendo champiñones enlatados sumergidos en fideo y vinagre) y luego tenias que tomar del elixir prohibido (un galón de vinagre de manzana con… parecía sal y aceite). Todos pasamos a ofrecer una parte de nuestro pelo, fueron compasivos, tu elegías que dar, a mi me raparon un poco del pelo de la nunca, otros se quitaron un pedazo de ceja, algunos se depilaron la pierna y algunos valientes se raparon toda la cholla.
Fue como ritual de iniciación, pasamos por todas las estaciones. En la última nos metimos en un barril con jugo de los restos de comida de todos los días que llevábamos en el mar y te tiraban encima un cubetas del mismo jugo de composta. Así esperamos a que pasaran todos, todos apestábamos mal. Hicimos algunas otras actividades que involucraron pintura, llenarnos de café, embarrarnos en el piso y otras cosas, al final acabamos todos cochinos. Por últimos nos asignaron a cada quien un nombre marino, “shellback name” te dan uno una vez que cruzas el ecuador, y a mi me tocó ser “Green humphead parrot fish”. Sinceramente esperaba algo mas espectacular haha, soy un pez loro, que me tratan de decir?

En fin, toda la experiencia estuvo de pelos, supuestamente lo que pasa en el ecuador se queda en el ecuador pero yo estoy haciendo manitas negras y les estoy contando toda la historia! que mejor que compartir con ustedes. Después de todo esto tuvimos todo el día libre para “relajarnos” un poco, claro después de limpiar todo el piso y el agua que se estanco en las orillas. En fin, aunque aun cada quien tenía sus deberes que hacer, fue un muy buen día. Ahora si, ya puedo decir que ya crucé el ecuador oficialmente.
Hasta el segundo cruce,
Eugenia
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